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Venerada imagen de Nuestra
Señora de belén
Jesús se aparece Resucitado y Vivo en Guatemala
Era la madrugada del Jueves Santo de 1857, en la Ciudad de Guatemala, específicamente en el Templo ubicado en la 14 calle y 9 avenida, el Beaterio de Belén, entre dos y tres de la mañana cuando la Beata Sor Encarnación Rosal, estaba por dedicarse a orar, al hincarse sintió que le halaron el velo que la cubría, así mismo oyó sonar una campanilla de oro o metal fino porque el tañido era muy suave, situaciones a las que no hizo caso.
Continuó su oración meditando a la vez sobre la traición de Judas y lo que el corazón de Jesús sentiría al darse cuenta de la perfidia de su discípulo, luego escucha una voz interior que le dice: “No celebran los dolores de mi corazón”, palabras que se le fijaron y no dejó de pensar en ello.
Días después inmediatamente de haber comulgado, teniéndolo aún, escuchó la misma voz interior que le dijo: “No celebran los dolores de mi corazón”, por lo que le dice al Jesús que si quería que se promovieran, por qué no se valía para esto de otras monjas, que allí tenía como las Capuchinas, Teresas, etc. Luego le contestó la misma voz interior – porque no hay otra más baja que tú — . Esto se lo indicó en relación a su humildad.