Jesús Indulgente, Sangre del Barroco
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- 19 mar
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En los últimos años, Jesús Nazareno del Beaterio de Belén ha gozado de una gran visibilidad gracias a los adornos monumentales que lo rodearon en su procesión en la recién pasada década y, sobre todo, al proceso de restauración que se realizó entre mayo del 2012 y febrero del 2013.

Uno de los trabajos más complejos de las organizaciones dedicadas al culto de las imágenes de pasión, es mantener vigente y actualizada la información científica sobre sus titulares. Es común creer que una vez escrita, esta información es inmutable, o bien, que no es necesario volver a divulgar lo que se ha escrito. Hay esculturas de las cuales en más de 30 años nadie se ha preocupado por revisar lo que su historiografía dice, incluso, con crecientes dudas sobre lo que se ha apuntado sobre ellas.
Detalles anatómicos de Jesús




Toda esta exposición viene al caso, porque a partir de dicho estudio comparativo y partiendo de las fechas presentadas en el libro del Beaterio del 2015, se intuyó, incluso por parte de quien firma este artículo, que podía haber una relación entre el Señor Sepultado de la Recolección, Jesús Nazareno del Beaterio y Blas Rodríguez. Esto debido a la impresión que causan algunas características del Nazareno, tales como: color del encarnado, dimensión de la talla, proporción y forma del rosto y particularmente de la nariz.
Conoce fotografías de rasgos escultóricos del Cristo Yacente de la Recolección
Conoce fotografías de rasgos escultóricos del Señor San José del Calvario
Conoce fotografías de rasgos escultóricos del Flagelado del Calvario
Ahora bien, habría que reconocer que ya en la década de los veinte del siglo XVIII, el mercedario Jacinto Sánchez Corleto elogiaba a Blas Rodríguez como “escultor afamado”, y si seguimos la lógica del dato de archivo de la iglesia de Santa Ana en El Salvador donde se encuentra su Cristo Flagelado, hacia 1787, nos toparemos con una vida profesional extremadamente larga, algo inusitado en ese siglo. Esto dificulta aun más relacionar a Jesús de Beatas de Belén con el taller del maestro, pero si a relacionar una posible autoría de un artista formado por Rodríguez, dada su extensa actividad artística, como la fama que poseía y la capacidad para tener un taller de producción escultórica.
Esto explicaría por qué la imagen del Nazareno, en primera instancia se puede relacionar con el Sepultado recoleto o los cristos de la columna del Calvario y Santa Ana en El Salvador, pero las diferencias de detalles son varias y pronunciadas, situación que obliga a pensar en una procedencia del “circulo artístico” de influencia o formado por el mismo maestro.
Seguramente Jesús de la Indulgencia seguirá presente en la investigación y la búsqueda de su historia, explicando con ello no solo el pasado sino el vínculo que ha tejido con su comunidad. Es importante concluir resaltando la apertura, responsabilidad y curiosidad permanente de parte de Monseñor González Iriarte y su Asociación para abrir las puertas y permitir estudiar al Nazareno, que siempre será la muestra permanente de la espiritualidad y la sangre del barroco de nuestro país.
Fotografías: Archivo de la Asociación, Mario Gil, Saul Morales, Mario Noriega, Mario Cruz.
Textos: Extractos del artículo: Jesús Indulgente Sangre del Barroco, por el Lic. Walter Gutierrez
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